lunes, 4 de marzo de 2013

Extinción por agujero negro



Uno de los fenómenos más curiosos de nuestro universo son los agujeros negros, una región finita del espacio-tiempo provocada por una gran concentración de masa en su interior, con enorme aumento de la densidad, lo que genera un campo gravitatorio tal que ninguna partícula material, ni siquiera los fotones de luz, pueden escapar de dicha región.

El origen de los agujeros negros es planteado por el astrofísico Stephen Hawking en su libro de 1988, Historia del tiempo: del Big Bang a los agujeros negros. Los agujeros negros se crean como consecuencia  a la muerte de una gigante roja (estrella de gran masa), llámese muerte a la extinción total de su energía).

¿Qué pasaría si uno de estos colosales cuerpos nos engullese?, y lo más importante, ¿existe la posibilidad de que nos engulla algún agujero negro?
La respuesta es sí, existe la posibilidad, y tendría unas consecuencias devastadoras. Primero partiría a la Tierra poco a poco, e iría engulléndola hasta que finalmente no quedase nada, si la Tierra sobrepasara el horizonte de sucesos de un agujero negro nadie ni nada podría escapar.

Hay dos posibles formas con las que podemos toparnos con un agujero negro:

  1. Internamente, por efecto de algún acelerador de partículas, como queda claro en esta noticia: (“Hará unos siete años, cuando el Recolector Relativista de Iones Pesados se estaba construyendo en el Laboratorio Nacional Brookhaven de Nueva York, había la preocupación de que pudiera formarse un estado de materia densa que no había existido antes. En aquel momento era el acelerador de partículas más grande construido en el mundo y permitía hacer que chocasen con inmensa fuerza iones de oro. El riesgo era que aquello pudiera llegar a una fase que fuera suficientemente densa como para ser como un agujero negro, tomando materia del exterior.” “¿Acabarían los laboratorios Brookhaven –y quizá también la Tierra entera- engullidos por un agujero negro creado por el nuevo acelerador? Usando la información que ya conocemos sobre los agujeros negros en el espacio exterior, hicimos un cálculo para descubrir si el acelerador de partículas de Brookhaven era capaz de formar tal agujero negro. Este debate se volvió a abrir con la creación de hace menos tiempo del que es hasta ahora el acelerador de partículas más potente del mundo (el CERN).
  2. Externamente, si la teoría de Hawking de que los agujeros negros emiten radiación resultase ser correcta, algunos de estos cuerpos aún podrían sobrevivir en la actualidad, ya que el modelo de Hawking afirma que la intensidad de la radiación emitida por los mismos es inversamente proporcional al cuadrado de sus masas. De esta forma, los más pequeños ya se habrán evaporado y desaparecido hoy, casi 14.000 millones de años después del nacimiento del universo. En cambio, cabe la posibilidad de que aquellos agujeros negros que hayan superado una masa crítica mínima, de unos 500.000 millones de kilogramos, todavía se encuentren entre nosotros, quizá vagando por el espacio. ¿Podrían colisionar con la Tierra y atravesarla de lado a lado? ¿Cómo nos daríamos cuenta de que algo así ha ocurrido o está ocurriendo? Al fin y al cabo, un agujero negro de 500 millones de toneladas no es mayor de una billonésima de centímetro? La verdad es que nos podríamos dar cuenta por el efecto que causaría sobre otros planetas antes de llegar hasta nosotros pero igualmente no se podría hacer nada.
Aquí os dejo una noticia del engullimiento de una estrella (por suerte muy lejana) por un agujero negro:
Un agujero negro, al parecer, se ha tragado una estrella, desgarrándola, en una galaxia que está a unos 3.800 años luz de la Tierra.

El fenómeno ha generado un destello de altísima energía, en rayos X y rayos gamma, que debe ser un chorro orientado hacia la Vía Láctea, lo que ha permitido observar el brillo extremo producido. Es un fenómeno singular.

Los expertos calculan que la emisión de rayos gamma que les dio la pista debió comenzar el 24/03 o 25/03 sigue brillando y seguramente no se apagará hasta el año que viene.

Dos equipos internacionales de astrónomos lo han observado y estudiado y publican sus conclusiones en Science Express.

El fogonazo de rayos gamma fue detectado por el telescopio espacial Swift y los astrónomos consideraron que se trataba de un estallido producido por el colapso de una estrella, pero el 31/03, Joshua S. Bloom, de la Universidad de California en Berkeley, sugirió a sus colegas que no se trataba de un estallido de rayos gamma típico (como los que se producen y detectan habitualmente en el cielo), sino que podría ser un chorro de alta energía generado al ser atrapada una estrella del tamaño del Sol por un agujero negro un millón de veces más masivo.

"Esto es realmente diferente de cualquier acontecimiento explosivo que hayamos visto antes", afirma Bloom en un comunicado de la Universidad de Berkeley. "Creemos que este acontecimiento fue detectado aproximadamente cuando alcanzó su máximo brillo".

"El escenario más plausible indica que el estallido podría deberse a la ruptura y caída hacia el agujero negro de una estrella próxima, aunque de momento se trata de una hipótesis", comenta Juan Carlos Tello, uno de los astrónomos del Instituto de Astrofísica de Andalucía (CSIC) que participan en la investigación.
"La única explicación que encaja en el tamaño, intensidad, escala de tiempo y nivel de fluctuación del fenómeno que hemos observado es que un agujero negro masivo justo en el centro de esa galaxia ha atraído a una gran estrella y la ha desgarrado por las fuerzas de marea. Entonces, el agujero negro en rotación crea dos chorros y uno de ellos apunta hacia aquí".



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